martes, 15 de septiembre de 2009

¿No hay uno sin dos?

Hoy a la mañana TN informaba sobre la medida de los trabajadores del subte que, como parte de su reclamo por un gremio que los represente como tales y deje de igualarlos con otros de otros medios de transporte, decidieron cerrar las boleterías y abrir los molinetes.
El notero -cuyo nombre no conozco ni pretendía divulgar- relataba las imágenes:
-"Bueno, acá estamos viendo cómo los pasajeros pasan gratis, en una medida que perjudica a la empresa ya que no cobra estos pasajes".
En un momento la cámara enfocó un subte que llegaba a la estación, en cuyo andén esperaban muchos pasajeros para poder subir. Algún desperfecto técnico -o quizás una maniobra de la patronal- hizo que la formación no abriera sus puertas y los pasajeros no pudiesen subir. Apenas algunos segundos más tarde una nueva formación llegó y "los usuarios" (sujeto preferido por TN) pudieron subir y comenzar su viaje. Las quejas, sin embargo, no faltaron y el notero aprovechó:
-"Acabamos de presenciar el primer incidente en esta protesta. Seguiremos informando en el transcurso de la mañana..."

¿Por qué suponer que fuese a ser el primero de muchos? ¿No podía ser simplemente un incidente?
¿Era realmente necesario hacer esa asunción que de hecho caracteriza a las protestas gremiales como algo necesariamente violento o plagado de incidentes (teniendo en cuenta que "incidentes" es una palabra que rara vez se utiliza con sentido distinto al que la asocia a represion, violencia, golpes, etc.)?

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